jueves, 7 de junio de 2012

Ironías e ironizados. (I)

 Estamos en medio de la época de exámenes. Algunos ya han acabado, tienen esa suerte. Otros - los últimos, los del plan viejo- casi no hemos empezado. Pero ya estamos preparándolos o lo intentamos. Digo que lo intentamos porque a mi colección de situaciones absurdas, hoy tengo que sumarle que en esta facultad que piso casi cada día, se les ha ocurrido la brillante idea de permitir una fiesta en el edificio. Así que estoy escribiendo desde la biblioteca en donde suena Danza Kuduro a todo trapo. Un par de erasmus se parten de risa en la mesa de enfrente. Typical Spanish, right?

viernes, 11 de mayo de 2012

La indiferencia nos matará a todos.


Fuck Me by Yann Tiersen on Grooveshark

 La indiferencia nos matará a todos. Sin moverse, sin ser agua que cala y destruye; la indiferencia se aloja sin ser absolutamente nada en el vacío que desconocemos y está detrás de nosotros, y dentro y a nuestro alrededor. Cuando la cabeza se vuelve densa y pesa tirando de ti hacia atrás, ese es el peso de la indiferencia atrayéndote cada vez más hacia el suelo, hacia el polvo.

La indiferencia es tremenda y poderosa porque es incorpórea, porque bebe y respira de la nada más absoluta que somos incapaces de comprender. Se condensa en las paredes de nuestra piel, por dentro, y respira en forma de hormigueo de ideas inconexas. Nos va apagando sin saber - nosotros - que alguna vez estuvimos encendidos.

sábado, 7 de abril de 2012

Praha (II)


"Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo?... Un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro." (Kafka)


Museo Internacional de Praga



Namesti Franze Kafki,
o lo que es lo mismo, Calle Franz Kafka. A la izquierda de la foto, un retrato suyo esculpido en el muro de la casa en la que nació.



Antiguo cementerio judío de Praga, en el barrio de Josefov. El Starý zidovský hrbitov contiene unas 12.000 sepulturas. Se eleva sobre el suelo porque, ya que los judíos no desentierran a sus muertos, han ido capa a capa enterrando a las siguientes generaciones: unas encima de otras. Las lápidas se amontonan de manera irregular y sobre ellas están los nombres de todos aquellos que fueron enterrados bajo esa lápida en particular.


Pequeño restaurante escondido en una de las calles más históricas de Praga. Es la que conduce al castillo. Literalmente intuimos que es "El Café de Laura".


De nuevo en el barrio judío, una estatua memorial de Kafka, basada en su obra Descripción de una lucha. Si queréis saber más sobre la estatua y su emplazamiento pinchad aquí.


Este detalle sale de la Catedral de San Vito, situada dentro del complejo medieval histórico del castillo de Praga. Pertenece a una puerta forjada en el lateral izquierdo del edificio, que tiene representados los oficios tradicionales y a cada uno, se le asocia un símbolo del zodíaco. Es bastante común encontrarse en Praga mezclas de creencias paganas y cristianas en el mismo lugar. Este es el símbolo de Virgo, asociado si no me equivoco al oficio del bardo o el poeta.


Interior de la Catedral.



Esta es la calle y plaza de Wenceslao. Se extiende desde el museo internacional hacia la zona antigua y más turística de Praga. Este lugar es importante, porque durante la Primavera de Praga (1969) fue lugar de protestas y reivindicaciones no violentas por parte de los ciudadanos contra la invasión de la URSS y sus aliados en el Pacto de Varsovia por la apertura política de Checoslovaquia durante la Guerra Fría.





Finalmente, ya no quedan más lecciones de historia. Esta es una historia pero de las particulares, en singular. Una de las tardes que paseábamos por Praga, estuvimos un buen rato en uno de sus mercados callejeros. Cuando ya nos íbamos a marchar, me crucé con este hombre que hacía una tinta de algo que ni recuerdo. Probablemente él tampoco se acuerde del pequeño click del obturador que le hizo perder la concentración y que a mi me regaló esta foto.

martes, 13 de marzo de 2012

Encontrarse (I)

Resulta irónico que para encontrarse a una misma, haya que viajar lo más lejos posible. Cuando estudias dibujo, aprendes que la forma la completa la mirada, pero para que ello ocurra necesitas que exista un contraste. De ese modo, una luz siempre estará adherida a una sombra y viceversa. No existe forma ni mucho menos volumen sin la anteriormente mencionada contraposición. Lo que define qué es ese objeto y le da un aspecto real es el contraste con aquello que lo rodea. Si no, pasa desapercibido y por tanto, pierde su identidad o se percibe como falso o erróneo; una imitación.



Hubo un tiempo que creí que había comenzado la definición de lo que soy. Que había un principio del que tirar, como el hilo de una madeja que no se ve nunca. Creí también que debía protegerlo de modo que nadie pudiese acercarse lo suficiente. Ni si quiera yo misma. Acabé por cerrar la burbuja que me dediqué a pulir y tallar hasta que, por fin, se convirtió en una gran masa gris: ecuánime, intacta, (im)perfecta. Esta cápsula estaba llena de todo lo que yo suponía que debía llenarse. Las suposiciones abarrotaron la cámara única y aislada. Hice lo que era esperable y la burbuja alcanzó su tensión máxima. Ya no cabía nada más dentro. Yo misma me había quedado fuera.